«Hay que tratar la adicción al Fortnite como la de la droga»
María Gallego recibe en su consulta a padres desorientados e hijos agresivos y enganchados a las pantallas. «Tienen que estar fuera del dormitorio. Y si el hijo no lo acepta de buen grado, es que hay un problema grande», advierte la especialista, que insiste en la importancia de la prevención
María Gallego, psicóloga infantojuvenil y
de adultos en el hospital HM La Esperanza de Santiago, advierte de que
padres e hijos tienen un problema con las nuevas tecnologías e incide en
que ese problema está afectando a la conducta y al descanso de los
menores. «No duermen como deberían», apunta.
1. ¿Ves mucha adicción a las pantallas?
Cada
vez más. De hecho, colectivos de pediatras, logopedas y psicólogos
piden a las autoridades que hagan campaña sobre los efectos de la
sobreexposición a las pantallas, como se hace con otras adicciones. La
adicción a las pantallas se debe prevenir y tratar con el psicólogo y el
psiquiatra.
2. ¿Qué pauta han de seguir los padres?
La
Academia Americana de Pediatría y la Asociación Española recomiendan
evitar totalmente la tele, las tablets y los móviles antes de los 2
años. Y los estudios concluyen que los niños emplean más tiempo ante la
tele que en cualquier otra actividad.
3. ¿Hay que tratar el enganche al «Fortnite» como otras adicciones?
Por
supuesto, como al alcohol, al tabaco o a la droga. Hay que analizar
cada caso, pero el niño ha de entender lo que sucede en su cerebro y
comportamiento. Muchas veces se vuelven agresivos.
4. Esto influye en el descanso. ¿Duermen los niños las horas que necesitan?
No, el 30 % de los preescolares y entre el 50 y el 90 % de los escolares no duermen como deberían.
5. ¿Fuera del dormitorio las pantallas?
Rotundamente,
fuera. Es abrumador el porcentaje de adolescentes que no descansan por
usar el móvil, da igual que sea viendo una serie, en WhatsApp o en
Instagram. Si el hijo no acepta de buen grado dejarlo en otra estancia,
es que hay un problema grande. Hay que restringir el uso.
6. Hay casas con padres e hijos que ven cada uno su serie con los cascos puestos.
Es un problema que también se está cargando el
núcleo de la familia. Tenemos que ser modernos en las cosas que hace
falta serlo. Los niños tienen que aprender a tolerar frustraciones, y si
el padre quiere ver algo en la tele, tendrá que hacer como hemos hecho
todos, porque no va a mandar.
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